Sendero Salina Carboneros
Tipo: Circular
Distancia: 3,1 km
Duración: 1 hora
Dificultad: Baja
CÓMO LLEGAR:
La ruta de la Salina de Carboneros se encuentra en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz, al lado de la carretera de la Barrosa (CA-2134) dirección Sancti-Petri. A la altura de la urbanización Las Mogarizas aparece a la derecha el sendero señalizado antes de llegar a la Venta Popeye.
Se llega fácilmente con la línea 11 desde la urbanización Novo Sancti Petri o desde el centro de Chiclana.
EL RECORRIDO:
El recorrido se inicia en una pinaleta (pequeño bosquete) de pino piñonero, procedente de las diversas repoblaciones que se realizaron desde finales del siglo XIX, con el objetivo de proteger y fijar los suelos arenosos sobre los que se asienta. Una vez atravesado este pequeño pinar llegaremos en línea recta a la casa salinera de Carboneros. Observamos laberintos de agua: lucios, vueltas de retenida y periquillo, canales cada vez más sinuosos y menos profundos que conducen el agua, por la fuerza de la gravedad, hasta la zona de cristalización de la sal -las tajerías- en las que, por evaporación, la sal común precipita.
A partir de aquí el camino continúa por la llamada vuelta de afuera o muro que rodea la salina en contacto con el caño de alimentación y que impide la entrada del agua al interior. A nuestra derecha veremos el caño de Carboneros que se alimenta del de Sancti Petri, principal arteria de agua del Parque Natural, mientras a la izquierda queda el antiguo estero de la salina. Actualmente el estero es atravesado por un muro que lo divide en dos, siendo un lugar ideal para hacer un pequeño descanso y disfrutar de las aves que lo frecuentan en busca de alimento: flamencos, cigüeñas, avocetas, etc.
En este punto existen dos opciones, si tomamos el camino que atraviesa el estero acortaremos el recorrido, que de nuevo nos devolverá al punto de inicio, pero también podemos seguir adelante y continuar por la vuelta de afuera hasta la parte trasera de la urbanización de Los Gallos, donde volveremos por el mismo camino.
A todo ello se unen los visibles testimonios de una cultura ya casi extinta: aquella originada por el cultivo de la sal al modo artesanal, que hasta fechas recientes ocupó una gran lugar relevante en la economía de la bahía de Cádiz, hoy sustituida, en algunos caso, por al acuicultura.