Ruta de la Sal y el Vino
Qué visitar en la Ruta de la Sal y el Vino
Desde la más remota antigüedad, los territorios que conforman la actual Bahía de Cádiz tuvieron en la sal una de sus materias primas más apreciadas. Ya desde época fenicia, los habitantes de los asentamientos gaditanos intervinieron en las marismas de la zona, moldeando este ancestral paisaje de salinas, creando unas estructuras sencillas que permitían la evaporación del agua y la posterior extracción de la sal. Fueron ellos los que controlaron el comercio de la sal por todo el Mediterráneo a la vez que instalaban a lo largo de toda la costa gaditana fábricas de salazones. Fue durante el periodo de romano cuando esta industria consiguió su máximo esplendor, exportando a todo el Imperio los pescados en salazones y la apreciada salsa "garum".
A lo largo de los siglos las salinas constituyeron una de las industrias claves de la Bahía de Cádiz, y mantuvieron una importancia estratégica en la economía de los pueblos de la Bahía hasta bien entrado el s. XX.
En la actualidad, existen pequeñas explotaciones artesanales repartidas por las diferentes poblaciones gaditanas, que pueden ser visitadas y dónde además de poder conocer los entresijos de la extracción de la sal, es posible también participar en el tradicional despesque, el cual consiste en la extracción del pescado existente en los estanques de las salinas para posteriormente poder ser degustado.
El vino es otro de los productos que, por su importancia económica, ha estado relacionado secularmente con la zona gaditana. La vid fue traída a la región por los fenicios fundadores de Gadir. En el yacimiento arqueológico de doña Blanca, situada en el término de El Puerto de Santa María, se ha encontrado un lagar que data del siglo IV a. C. lo que demuestra la producción vitivinícola en la zona desde la antigüedad.
En la actualidad, esta industria sigue siendo un importante motor económico de la zona; moldeando el paisaje de las zonas dónde se cultiva la vid y constituyéndose en protagonista de sus expresiones festivas y su gastronomía.
Existen un gran número de bodegas en la zona de Jerez, El Puerto de Santa María y Chiclana las cuales pueden ser visitadas y dónde, a través de visitas guiadas, se puede conocer de primera mano tanto la singular arquitectura de las bodegas como el proceso de elaboración del vino; pudiendo además degustar "in situ" alguno de sus afamados caldos.