Ruta de la Constitución y la Libertad
Qué visitar en la Ruta de la Constitución y la Libertad
La Bahía de Cádiz en general y las ciudades de Cádiz y San Fernando (entonces Real Isla de León) en particular, fueron protagonistas absolutos de los hechos históricos que concluyeron el 19 de marzo de 1.812 con la Promulgación de la Primera Constitución Española en Cádiz.
Este proceso constitucional, llevado a cabo entre 1.810 y 1.812, tuvo su origen en la invasión napoleónica del territorio español y en la imposición por parte del invasor de un nuevo monarca, José Bonaparte. El conflicto armado resultante de estos hechos fue el causante del posterior repliegue del legítimo Gobierno de la nación a San Fernando, en un principio, y finalmente a Cádiz por resultar ambos enclaves geográficos idóneos para resistir asedio. Tanto las estructuras defensivas de ambas plazas, fuertemente defendidas por castillos y baluartes de los siglos XVII y XVIII la mayoría de los cuales aún existen y pueden ser visitados, como la intrincada red de marisma cenagosa que rodeaba la bahía, conformaban un escenario de batalla tremendamente favorable para los defensores.
La Junta Central, que en ausencia del Rey venía asumiendo sus funciones, cedió sus poderes en enero de 1.810 a un Consejo de Regencia el cual decidió mantener la convocatoria de Cortes Extraordinarias. Éstas se reunieron por primera vez en San Fernando, realizando su juramento en la Iglesia Mayor Parroquial el 24 de septiembre de 1.810. Posteriormente fue establecido el Teatro Cómico de la Villa, hoy Teatro de Las Cortes, como lugar dónde tendrían lugar las sesiones hasta su traslado al Oratorio de San Felipe Neri de Cádiz el 20 de febrero de 1.811.
Ya en Cádiz, las Cortes compuestas por representantes de los territorios españoles tanto peninsulares como de ultramar, aprobarían la Primera Constitución Española; que fue bautizada por los gaditanos como "La Pepa" por haber sido promulgada el 19 de marzo, día de San José, de 1.812. Entre grandes muestras de júbilo popular se procedió a su lectura en diferentes espacios públicos de la ciudad, que en muchos casos puede comprobarse como aún mantienen la fisonomía de la época.
A lo largo de sus 384 artículos, el texto recoge disposiciones, derechos y libertades de enorme modernidad para la época. Entre ellos se recogía el derecho de propiedad, la libertad de expresión y de prensa así como la separación de poderes y el establecimiento de que la soberanía, como poder pleno y supremo del Estado, pasara a la Nación en detrimento del propio Rey.